Estamos viviendo una etapa apasionante e histórica, que no se va a olvidar fácilmente de nuestro recuerdo. Alvaro Arias, el responsable para España de Neuman International AG. dice que esta crisis, «nos pone a prueba y nos saca de nuestra zona de confort». Y como dice Isidro Pérez, de Avanza Soluciones de Internet, en una crisis como está mientras que unos lloran, otros venden pañuelos. Los cambios son siempre oportunidades y debemos leerlos en esta clave, y sacar lo positivo que hay en ellos.
Tenemos una crisis profunda, no tan sólo económica, sino por lo que representa, un cambio en las formas de comunicarse de relacionarse y de organizarse socialmente. Estamos ante un profundo cambio de formas y por tanto de modelos de hacer negocios. Este cambio afecta en mayor o menor medida a todos los sectores, a destacar el epicentro el sector financiero y todo lo relacionado con el consumo, sin olvidad el sector inmobiliario.
Hay varios factores que contribuyen a esta situación, que supone no lo olvidemos una revolución en toda regla y también en la manera de entender las cosas. Por una parte la tecnología permite la desintegración de los canales comerciales tradicionales, lo que se ha llamado la desintermediación comercial que imprime una velocidad de vértigo que se adelanta a la regulación normativa. Por otra parte, se crean nuevos productos financieros y comerciales, que son como nuevos vehículos tales como los derivados, el capital riesgo y los hende funds, que están cambiando los centros de poder, así como la manera de entender y valorar el riesgo empresarial.
Mientras no se definan los nuevos modelos de empresa productiva en nuestro entorno tendremos un contexto inestable y cambiante que durará un tiempo indeterminado. Lo que es cierto es que nada volverá a ser como antes. En el ámbito internacional se han producido oleadas de nacionalizaciones de bancos y empresas vía directa por gobiernos occidentales o indirecta como en el caso de España debido al Fondo de Restructuración y Ordenación Bancaria (FROB). La estructura económica, esta como está y en parte esto propicia la no solución del problema con las cajas. Hasta que esto no se produzca, no cambiará por completo el paradigma de nuestra economía. Algo parecido ocurre con el mercado de trabajo, hasta que no solucionemos los problemas estructurales de dualidad y polaridad.
Se puede hacer mucho para enfrentarse a esta situación. No se trata de luchar sólo contra el déficit público, y por consolidar nuestro Plan de Estabilidad de cara a nuestros socios europeos, si lo dejamos así, se hará básicamente lo mismo, esto es, dejaremos en manos de las empresas como una opción la estrategia defensiva, que es la de reducción de empleo, por otro lado poco eficaces a largo plazo.
Hay que comprender y asimilar lo que está ocurriendo, como primer paso para desarrollar estrategias de flexibilidad, agilidad y capacidad para asumir nuevos retos. Las empresas se están preguntando que teclas tengo que tocar, pues son muchas; Procesos de negocio, estructuras organizativas, recursos humanos, nuevos mercados, canales de comunicación, pero repito hasta que no se reformen estructuras financieras y del mercado de trabajo, pues nadie va a plantearse hacer inversiones con seriedad, sino todo lo contrario, retirar los retornos lo antes posible para no salir perdiendo.
Por ultimo decir que acometer estas iniciativas por parte de las empresas no es fácil, especialmente si las lidera una clase directiva que no ha vivido nunca una crisis como esta. Requiere coreje, creatividad y mucha iniciativa para asumir riesgos con mentalidad empresarial. Requiere liderar sin tener el recurso de ilusionar a las personas. requiere tomar decisiones impopulares y dar ejemplo.